Sony pretende extender al máximo la fecha de caducidad de su consola PSP seduciendo a un público más joven, en una maniobra similar a la empleada en "la última fase del ciclo vital" de PlayStation 2, ha explicado el presidente de Sony Computer Entertainment Europa, Andrew House.
La estrategia de la compañía nipona para exprimir el potencial de su consola portátil es alcanzar nuevos públicos, en concreto los consumidores más jóvenes, con una oferta de títulos a precios asequibles que "maximice" el ciclo de vida de la PSP.
A pesar de que es la PlayStation 3 la niña bonita de los ojos de la empresa japonesa, este año se venderán en todo el mundo 8 millones de PSP y 2 millones de PlayStation 2 tan sólo en Europa, un dispositivo pasado de moda que sigue resultando rentable.
House ha reconocido que la piratería supone "un problema importante" para el negocio portátil de PlayStation, lo que genera una "fuerte preocupación" en el seno de Sony.
En ese sentido, la Asociación de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (Adese), indicó hace unos días que el nivel "insoportable" de piratería que sufren las consolas portátiles frena a las compañías desarrolladoras de videojuegos a la hora de invertir en títulos atractivos.
House ha dicho que Sony está centrada en las tres dimensiones y en el nuevo mando Move, ambas tecnologías desarrolladas para la consola PlayStation 3, como puntales de su estrategia de negocio y ha descartado que se vaya a lanzar un nuevo hardware.
Además, ha asegurado que el objetivo principal para el próximo ejercicio será poner en el mercado una suculenta oferta de juegos.
El responsable destierra así la posibilidad de la irrupción en el mercado de un nuevo dispositivo portátil, pese a la piratería, la creciente falta de inversión en contenidos solventes, la bajada de los precios de los títulos y su interés por "maximizar" la vida de la PSP.